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domingo, 21 de noviembre de 2010

De risas

Risas. Enorme sobremesa entre cafés y algún chupito de crema de orujo, tras, tambien, una enorme cena preparada por un magnífico cocinero para sus amigos, en casa de uno de ellos. Al otro lado del cristal, la lluvia, el viento y el odio, lo golpean sin ningún tipo de consecuencia. Me siento seguro. Me siento bien. La compañía es muy agradable. Las atenciones están en armonía con el ambiente. Hablamos sobre sentimientos, sobre amor, sobre proyectos de futuro, sobre parejas. Las tres parejas. Hablamos de gente que ya pertenece al pasado. De libertad. De no continuar en el lugar de quien sólo sirve para recoger las migas. Me siento amparado. Me rodean personas humildes. Personas que no tienen otra intención que la de preocuparse por el bienestar de los presentes en ese momento. Me dan puntos de vista con los que no había contado. Puntos de vista totalmente imparciales y objetivos que no hacen otra cosa que reafirmar mi razonamiento. El razonamiento que  hace días que  me preocupaba...pero poco. Ahora, ya no me preocupa. Todo ha quedado bastante claro.La fiera ha conseguido salir de su jaula, ha revoloteado a mi alrededor, y se ha quedado sin fuerzas. Cada cual tenemos nuestro destino. en ocasiones caminaremos juntos, y en ocasiones caminaremos separados. No quiero caminar junto a quien me considera un lastre. Hace tiempo que solo doy sin recibir nada a cambio. Nada bueno, al menos. Me he sentido respetado. Querido. Arropado. Que placer el volver a sentirse así después de tanto tiempo de recibir...indiferencia. Interiormente me sonrió, cuando recuerdo a quien  se creía en posición de darme "clases de amistad y respeto para con los demás". Desde mi posición privilegiada en la cabecera de la mesa observo la animosidad de los contertulios en silencio. Me gusta. Me he olvidado del cinismo que otros me venían aplicando. Estoy rodeado de personas que no intentan competir entre ellos. Que no manipulan. Que no exigen. Que valoran. Que respetan. Noto como si me diesen el empujón de arranque, que necesitaba, después de que otros me hubiesen arrancado los cables de las bujías.
Veo otro mundo más allá del gueto en el que me habían empujado a vivir. Un mundo en color. Un mundo al que me acerco timidamente... Un mundo al que me invitan a entrar con alfombra roja. Me da un poco de miedo, despues de haber sido expulsado del mundo en el que vivia...pero voy a intentarlo.

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