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domingo, 20 de febrero de 2011

De felicidad

"...soy un tío rico en felicidad que nació con una estrellita pequeñita pero firme."
Así reza una de esas frases con las que se topa uno de vez en cuando, y que hacen funcionar las neuronas.
Una frase que ha dicho una persona a la que admiro por sus logros, su empeño, su tesón, su alegría contagiosa...
Alguien a quien conocí un día,  hace como 10 o 12 años, que es diez años menor que yo, pero del que he aprendido (y continuo haciéndolo), muchas cosas. A pesar de que hemos perdido bastante el contacto y tan solo lo puedo espiar a través de las redes sociales. A veces no logro encontrar la diferencia entre "envidiar" e "intentar aprender de".  Pero de personas que persiguen su sueño siempre hay que aprender. Supongo que envidiar, es la parte frustante de "intentar aprender de", cuando no se consigue, o no se intenta.
Yo me paso la vida aprendiendo. Me fijo mucho en los demás y me quedo con todo lo bueno.
A veces, cuando me entero de que alguien ha conseguido algo que lo hace feliz, y con lo que además se puede ganar la vida, sirviendole como experiencia, me planteo, como es este caso, si a mi me pasa lo mismo.
Y me doy cuenta de que me he estancando bastante. Por que trabajar ante un ordenador contratando servicios y haciendo estadísticas no es el trabajo más emocionante del mundo. Es seguro. Bueno, con la misma seguridad que tiene cualquier otro trabajo. Pero no es emocionante. Ni me realiza. Por eso, -imagino-, la fotografía cubre la parte que no me da mi trabajo. Siempre he creído que la fotografía es algo que, si me sirviese de sustento económico, me haría feliz. Pero es un mundo muy competitivo. Aunque si no lo intento, seguro que no conseguiré nada. De momento me conformo con aprender de los conocidos y de los desconocidos. Muchas veces me he preguntado el por qué no se me ha ocurrido a mi  esa imagen tan ingeniosa tomada desde ese ángulo concreto. Supongo que se llama falta de creatividad. No dedicarle las horas suficientes. Así que, de nuevo, toca aprender de a los que sí se les ha ocurrido esa idea tan ingeniosa. En cualquier caso, me hace feliz ver la felicidad ajena. Y me gusta compartir la mía con quienes quieran aceptarla. Es gratis. Al final, lo que se va a quedar es lo que has logrado. Así que la cosa consiste en lograr cosas y compartirlas. Y si durante el proyecto, todos somos felices...pues mejor.
Y yo me voy a hacer una cosa de esas que me hacen feliz cuando las consigo: Fotografiar un rayo. A ver si viene una buena tormenta....

2 comentarios:

  1. Suerte con la fotografía del rayo, y espero que consigas lo mismo que tu compañero, con animo y paciencia. Un saludo.

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  2. Supongo que la felicidad es un compendio de cosas: estabilidad sentimental y económica, cariño, poder desarrollar las cosas que te gustan, etc... Como ves, yo también me he creado mi propia cueva para escapar cuando las cosas no me gustan. En este caso, la mía se llama literatura. Si yo no soy feliz puedo hacer felices a otros, o proyectar en personajes de ficción la felicidad que yo no tengo. Dar clase a un montón de cabestros que no aprecian lo que haces tampoco es lo más emocionante del mundo, pero el momento de llegar a casa, abrir el ordenador y poder enfrentarme a una página en blanco me lo compensa todo, todo, todo...
    Suerte con tu rayo, vecino. Bss

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