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jueves, 29 de marzo de 2012

De Hipotecas sin Fronteras

Hoy voy a pedir cosas.
Por que además de protestar, un tío rancio tiene que pedir cosas.

Tras darle vueltas -tampoco muchas, no os voy a engañar...-, he llegado a la original conclusión de que, lo que yo quiero es cash. Dinerito. Euros, dolares, pesos...me da igual la moneda.
Pasta, al fin y al cabo.

¿Por qué motivo pido dinero?
Bueno.. la verdad es que tengo muchos:
Juntar lo que me clava un notario por una firma con su boli caro en el documento hipotecario,  comprarme el último disco de Enrique Iglesias, al que espero le lleguen estas lineas...por si quiere tener un detalle, poder invitar a cenar a mi novio a algo un pelín mas sofisticado que un chino, ir al dentista antes de que lo mio deje de tener arreglo, cambiarle la correa de distribución al coche, por que demasiado riesgo...deja de tener atractivo... en fin, esas cosillas del día a día, que con un sueldo de casi mileurista, nos suenan a ciencia ficción.

¿Por qué motivo tendrías que darme un euro...o 97.281,23, si te apetece?
También se me ocurren unos cuantos:
Los habituales, poniéndome en plan Lola Flores en sus mejores tiempos, son:
-Por que un eurillo de cada persona es un granito de arena.
-Que es lo que te cuestan 5 cigarros, 3 jugadas a la tragaperras, medio café de los dos o tres que te tomas cada día...
-Por que no has hecho tu buena acción del día, y esta es una muy buena oportunidad, que puedes repetir cada día, cuando tengas que hacer una buena acción del dia...

Pero también existen otros motivos un tanto mas...realistas y conceptuales:
Todos ellos pasan por no someterme ante el conglomerado económico que forman, entidades bancarias, indices de referencia, notarias, tasadores y demás fauna que, cual buitres esperando el ultimo aliento de su futura cena, revolotean alrededor haciendo tiempo. Esperando. Siendo conscientes de que, mas tarde o más temprano, cenarán.

Si, es posible que si no entro en la máquina económico-financiera de una forma, lo haga de otra. A fin de cuentas, el mundo se reduce a "personas, que consumen bienes". Es simple.
Pero al menos, la ayuda de ese dinerillo que me donarás cuando termines de leer esta entrada, servirá para anestesiar en gran medida, el dolor que producen los engranajes de la máquina cuando me atrape, y me engulla.

¿Cuando se ha roto el equilibrio de las cosas, sin darnos cuenta?


Lo del donativo no lo decia de coña:




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